lunes, 18 de abril de 2016

VISITA AL KARST DEL CAÑÓN DEL RÍO LOBOS. (2ª parte)

El sábado visitamos la sima del Carlista, situada en la población de Ucero dentro de la provincia de Soria. Se trata de una cavidad dividida en dos zonas de desarrollo horizontal situadas a distintas cotas y unidas por un amplio pozo de 80 metros. Este pozo es en realidad una rampa de gran inclinación ycon un recubrimiento litoquímicoen suelos y paredes. La cavidad destaca por sus grandes volúmenes, sobre todo en la planta inferior.
En esta cavidad observamos una pequeña colonia de unos 30-40 quirópteros en hibernación en el techo de la galería superior.

Sima del Carlista.

La formación de las galerías tanto superiores como inferiores obedece a una primera fase en régimen freático y posteriores fases en régimen vadoso y en algunos casos con fases de sedimentación y de posterior re-excavamiento del suelo sedimentario. Posteriormente el agua ha abandonado estas galerías dejándolas en su estado fósil actual y con rellenos litoquímico que decora profusamente algunas zonas de la cavidad.

Pozo de 80 m. desde su base.

Es destacable, en la zona inferior, tras remontar la rampa de barro y el escarpe en el bloque, una zona donde la roca que forma el techo de la galería ha ido descomponiéndose y cayendo al suelo y posteriormente se han formado bellas estalagmitas encima suyo.

Bello rincón en la sima del Carlista.

El ramal oeste del piso inferior también es un ejemplo de un meandro que ha tenido una primera fase de circulación en régimen freático a favor de la fracturación tal como se observa en algunas zonas por el canal existente en el techo del meandro, posteriormente ha tenido una fase de circulación en régimen vadoso donde el agua ha ido horadando el profundo meandro. Ha pasado también por una fase de relleno sedimentario, muestra de ello son algunos cantos soldados a la pared en la zona final de esta galería. Y por último tras la retirada del agua hacia niveles más profundos ha tenido lugar un importante relleno litogénico.

Sedimentos colgados en el ramal oeste.

El estado de limpieza de la cavidad podríamos considerarlo como aceptable, ya que por una parte no se aprecian depósitos de residuos entrados desde el exterior, aunque si podemos ver algún antiguo grafiti y por supuesto el barro arrastrado inevitablemente por los espeleólogos ha tapizado zonas de los suelos de la cavidad que antaño permanecerían relucientes, pero este es el precio que deben pagar las cavidades con una alta afluencia de espeleólogos.

Vista del cañón del Río Lobos con la ermita de San Bartolomé.

Tras la visita a la sima algunos de nosotros bajamos hasta la ermita de San Bartolomé, a disfrutar de nuevo de este bonito rincón.

Caminando por dentro del cañón.

El domingo Realizamos un par de rutas senderistas. De mañana realizamos una circular partiendo del puente de los siete ojos. Primeramente remontamos el Río Lobos por dentro de su cauce. Normalmente en esta zona el río se encuentra seco, pero en esta ocasión lo encontramos con agua, por lo que nos tocó mojarnos los pies en cuatro ocasiones para vadear el río.

Vadeando el Río Lobos.

En esta zona del cañón se alternan tramos encañonados con otros más abiertos. En los cortados se pueden observar multitud de covachas y abrigos que sirven de refugio a multitud de aves rapaces que anidan en su interior.

Buen ejemplar de sabina.

Tras unos cinco kilómetros por el rio lo abandonamos tomando un afluente a mano izquierda (derecha hidrográfica). Se trata de arrollo del Vallejo del Portillo, y siguiendo su curso llegaremos a una planicie cubierta por un bosque de sabinas. Podremos ver multitud de ejemplares de buen tamaño de esta especie arbórea, tan escasa en nuestra zona.

Boca de la sima del Portillo.

Más adelante llegamos al mirador de Costalago, y a escasos metros la boca de la Sima del Portillo visitada hace dos días. A partir de aquí continuaremos la ruta siempre cerca de unos cortados que nos permiten tener unas vistas excepcionales. Finalmente por una pista entre sabinas y más adelante entre un denso pinar descenderemos hasta el puente de los siete ojos punto de inicio y final de la ruta.

Boca de “El Torcajón”.

Por la tarde, tras visitar la boca de El Torcajón, también realizamos un descenso al cañón del Rio Lobos. Así conocimos otro tramo del espectacular cañón. En esta ocasión también nos tocó meter los pies dentro del agua, pero el paisaje que se habría tras cada meandro del Rio Lobos merecía la pena.

Grandes paredes en el cañón del Río Lobos.

El lunes tocaba volver a casa. Pero de camino todavía hicimos una pequeña parada en la localidad de Almenar de Soria, donde pudimos contemplar el castillo de la localidad, en muy buen estado de conservación.

Castillo de Almenar de Soria.

Como conclusión nos quedamos con un buen sabor de boca de estas dos visitas al mundo subterráneo, ya que hemos podido aprender algo más del karst del cañón del Río Lobos. Un reconocimiento muy positivo a la regulación por parte del P.N. del acceso a las cavidades, ya que de esta manera, con visitas reguladas y reducidas se disminuye sobremanera el impacto al frágil ecosistema subterráneo y se protege para generaciones futuras.

Valle de Costalago.

Luis Almela


ESPELEO CLUB CASTELLÓ